Sunday, April 22, 2012

Cascada (una aventura en el bosque nativo)


Bajamos hasta el fondo
entre los árboles,
entre los gritos animales
y la música de los tambores.
Percibimos las miradas
escondidas en ramas
posarse en nuestros hombros.
Escuché los idiomas
de los árboles.
Crecí una vez más...aprendí.
Caímos juntos en la quebrada
entre la densa hojarasca
de los helechos.
Entre el follaje,
la oblicua senda de las hojas
y de los aromas y sabores.
Al final
la cascada inmensa
que se roba el aire
y que purifica.
En medio de todo el gigante de roca
a través de un sendero de árboles,
allí
el ojo de cristal...
un ojo del mar
y las lágrimas que lo alimentan.

Montaña

Los grises peldaños alzados
Surcados por cóndores
Tan lejos del hilo de agua
Tan cerca del centro del sol
Adhirieron sus gotas de polvo
Y sudor de los tiempos
En mi cuerpo cansado
Y en mis ojos atónitos.

Revisé los terrones agrestes
La arista salvaje
El ángulo agudo
La forma madura impensada
Esculpida en la piedra andina
Asomados al borde del cielo
Contenidos desde siempre
En el recipiente colosal
Desbordante de inmensidad.

¿Y a dónde se fueron los verdes?
En oasis pequeños
Recluidos en cárceles móviles
De cursos de agua
Las hojas de la vida asomaban
Mendigas de líquido
Urgentes de sudor de la estrella mayor.

Mis ojos cogían detalles
La sorpresa se empapó en sudor
El miedo se cubría con sol
La pureza de la altura
Vertida en sus sábanas blancas
Sobrecogiome, me amilanó.

Estuve cerca del techo del mundo
Más alto que todos los hombres
Acortando distancia entre yo y mi dios
Elevando a mi espíritu en su evolución.

Todo el poder del Padre del cielo
Añadido en las formas
Adherido a colosos eternos.
Nido de aves gigantes
Cuyos lomos he visto
Cuyo rumbo he seguido
En respetuoso silencio.

Paso tras paso la vida
Me ha atravesado
Y supe del miedo
En la cuna del cielo
Y mis trémulos huesos se helaron
Hasta que hubimos dejado
Atrás para siempre al gigante rojizo.

FLORES ENDÉMICAS


Vasijas blancas,
Tubulares
Copas de nieve,
De crema blanca.
Trompetas silentes
Arracimadas todas
En medio de agujas verdes.
Cálices dulces,
Destino de insectos
En el espesor
De lo nativo.
Fuisteis puestas
Escondidas
Allí en el bosque,
En la cordillera,
Entre las ráfagas frías,
Cerca del techo del mundo.
Sólo cosechadas
Por miradas turistas
Y atrapadas
En imágenes.
Tesoros albos
Suaves, valiosos,
Amontonadas siempre
Bajo la nieve.
¿Cómo te llamas?
¿Cuál es el nombre
De tu aroma?
¿Cuántas son
En la cordillera?
¿Cuándo puedo verlas
Otra vez?
Su vestido de porcelana
Y de leche
Llena mis ojos
¡Son tan pequeñas!
¿Todas iguales?
Sombreros blancos
Alegóricos,
Arlequinescos,
Colgadas del verde,
Móviles
Fuentes de vida,
Alimento dulce
De seres pequeños.
Azúcar vegetal.
Campanas delgadas
Sin voz,
Sacos albinos,
Hermanas tersas
Diseñadas.
Sábanas recogidas,
Vasos de espuma,
Inmaculadas.