Tuesday, January 26, 2010

Teatro natural (Anfiteatro natural. Llongocura Alto. Curepto. Chile)

Máscaras,
una suerte de escenas
en mitad de la nada.
Música,
con cada paso que daban
los artistas llegados.
Estrellas,
iluminaban historias
entre los árboles.
Fuego,
presidía el ritual
de los hombres del arte.
Noche,
abrazaba el barranco
y a los videntes.
Puentes,
atravezaban quebradas
sobre el escenario.
Arte,
en cada gesto y mirada
de aquellos que hablan.
Aplausos,
para premiar la velada
entrada la noche y la vida.
No cambiaría por nada
otra noche de arte
entre árboles altos
y en el fondo de una barranca.

Fotografías

Las dudas de las Libélulas

Las libélulas sobrevolaban danzantes
el estero apresurado
compartiendo el espacio
con mosquitos móviles,
murmullantes.
Ya se había ido el Sol
entre ramas,
bajo arbustos
y la brisa se paseaba
por la viña
recorriendo la barranca.
Sólo lenguajes de insectos
a esa hora amarilla
y las Lemnas esquivas
de mis torpes manos
escapaban flotando
sobre el agua.
Los aromas de la noche
ya llegaban
y las ranas recitaban
cuando el día se dormía.
Yo era sólo un testigo
acudiendo
a una cita de seres alados,
presenciando una escena
de la trama vital.
Con mis ojos
tocaba ese mundo
y lo detallaba;
con mis manos
miraba texturas,
porcelánicas formas;
con mi mente
escuchaba la historia
de los seres alados
y las flores acuáticas.
¿Por qué me llamaron
Juncos enhiestos?
¿Cuál es mi papel
en la vertiente?
Grillos y ranas,
inquisidores,
me observan instantes.
Los seres alados
surcaban mi pelo
diciéndome todo,
advirtiendo.
Sus cuerpos azules
buscaban la cena
en metálicos valses
con retoques de Tul
en las alas.
Me contaban de días
con sus noches,
toda una vida
surcando el estanque;
toda una vida
debajo del agua.
Me preguntaron
por hoy y mañana
en el cuerpo de agua.
No tuve respuesta,
no sé de mañana,
sólo puedo cuidar
el puente de palos
detrás del maizal.
¿Qué haré con las dudas
de las libélulas?