Friday, October 12, 2012

Dos corazones

Dos corazones lleva la princesa
atrapados en su mano,
uno de ellos aflora en su piel.....
el otro es el mío.

No me esperaban...

Liquen silente,
piedra posada,
aguas inquietas,
flores ufanas.....
los he sorprendido,
llegué sin aviso
a verlos a todos.
Dos ríos unidos,
bandadas de aves
que cantan a un tiempo
en idiomas perfectos.
Boldo aromático,
Litre amistoso,
Roble paciente,
Coihue añoso......
los he visitado
y no me esperaban,
como yo a su belleza.
Cascadas lejanas,
acantilados,
bruma jugando
entre los bordes
de la montaña.
Nubes que corren,
aromas que impregnan,
espacios sublimes......
los he admirado
y atrapado en mi mente
aunque no lo sospechan.

Montaña

Montaña:
la magia incrustada
en la roca desnuda,
la música intensa
en el paso del río,
la luz reflejada
en tu bosque esmeralda.
He vuelto hasta ti,
aunque por breves instantes
y he admirado tu arte.
Tu viento tremendo
llenó mis pulmones
y tu sol productor
se ha quedado en mi piel.
Caminé por tu cuerpo,
escalé tus entrañas,
acaricié a tus plantas
y volé con insectos.
Cada vez que te veo
medito,
y en mis ojos no caben
tus detalles gigantes.
Cada vez que te escucho
me quedo abismado,
sonrío,
y mi mente te mide
sin llegar a entender.
Me pregunto por ti,
por tu inicio,
por Aquel que concibe
tal belleza creada.
Montaña,
magia extraída
de la mano de Dios.

Un tesoro

Es posible volcar el cariño
gota a gota, con el tiempo;
o es posible también
derramarlo de golpe
en un segundo.
Si esto último ocurre
lo vemos extraño,
nos parece irreal,
nos sorprende en el fondo.
Hay seres capaces
de vaciar ese amor
en instantes de vida.
Es un don apreciado,
un regalo precioso
recibido al nacer.
Es honesto y confiable,
sorprendente,
incluso para aquel
que lo lleva consigo.
Aquel portador lo agradece,
pues entregar dicho amor
es maravilloso.
Cada vez que lo encuentres
en tu paso en el mundo
será un buen regalo
si recibes su amor
y serás un tesoro
para quien te lo dio.

Thursday, October 11, 2012

Contra el viento

Así como el árbol lucha contra el viento
por permanecer de pie
aferrado al suelo que lo sostiene,
así mi corazón lucha contra la razón.