Thursday, January 02, 2014

Diez Osos


Caminé con mi padre
siguiendo su paso
lento y cansado
y me tranquilizé.
Platicamos bajo la sombra
de quillayes y palmas.
Escuché sus historias
de tiempos antiguos
con sus aventuras
siempre instructivas.
“Con “Diez Osos” siempre
es para más de un rato”.
Escuché lo que él,
me senté en su lugar,
y el fresco viento llegaba
a refrescar nuestros rostros.
Me contó de sus años,
de su vida esforzada.
Su calma me hizo alejar
mi vida agitada
y mis absurdos dilemas.
Mi padre es muy fuerte,
la vida lo observa,
los años dejaron estrías
en todos sus planes
y ahora su tiempo aguerrido
quedó encerrado
en recuerdos por miles.
Lo escucho y aprendo,
camino su paso
y trato de estar a su lado
si es que tambalea
para sostenerlo,
como él lo hizo conmigo.
“Diez Osos” no cae,
pero sus fuerzas se alejan
y los años le pesan.
Mi sueño es llevarlo a su casa
entre las montañas
para que vea otra vez
el lugar de su vida,
de su juventud,
el hogar de sus padres,
lo que queda del campo.
Quiero estar a su lado
antes que duerma.

Camino junto a mi padre
y sigo aprendiendo de él.