Saturday, October 27, 2012

Sabio consejo

Vivir, amar, reír....sin eso no hay vida.

Sueño

Anoche soñé tu sonrisa,
serena, extasiada
cuando escuchabas historias
que al oído yo te hablaba.
Solos tu y yo atrapados
lejos de las miradas
y del ruido de las palabras.
Yo acariciaba tus labios,
los rosaba con los míos
y sólo escuchaba tu aliento.
Tus ojos profundos miraban
a los míos que se extraviaban
en tu rostro, sin palabras.
Tu pelo escapaba a mis dedos
y se entrelazaba en el viento.
Atardecía en el bosque
cuando tu cuerpo y el mío
sin barreras se abrazaban.
Sentí el calor de tus manos
recorriéndome la espalda 
y el perfume de tu piel
inundaba toda mi alma.
Anoche soñé tu belleza
tu dulzura, tu grandeza
y nada más me faltaba.
Atardecía en el bosque
y tu, mi princesa, llegabas
y nada del mundo importaba.

Artesano



Estuve sentado
en silencio
reparando mi viejo collar.
Cada cuenta negra y brillante
que adhería a la cadena
traía un pensamiento.
Uno fue una libélula
que cruzó iridiscente
sobre una laguna tranquila
en un recuerdo del campo.
Otro, una mariposa
de tonalidades brillantes
que voló entre murallas de rocas
en la cordillera silente.
También hubo sonrisas
de aquellas grabadas al alma
de cuando la vida empezaba.
Una cuenta de hematita
me hizo mirar hacia adentro
de mi vida aleccionada
y mis días en la Tierra.
Cada cuenta fría y pesada
simbolizaba un comienzo,
todo otra vez en su puesto.

Remendaba mis recuerdos,
reparaba mis miradas,
escuchaba mis lecciones.
Cuando la última cuenta quedaba
pensé en lo feliz que me siento
y aprendí que el espíritu fuerte
repara, compone, remienda,
usando recuerdos, miradas,
sonrisas, pensamientos.