Saturday, May 14, 2011

Descanso

Otoño,

descansan los árboles

y duermen.

Silentes esperan,

preparando sus seres

para cuando la luz les indique

que comience

una nueva aventura vital.

(Dedicada a Alvaro, mi hijo, quien ama el bosque)

Gorrión

Esta tarde escuché
cómo un ave cantaba
adherida a una rama del Arce.
Era un Gorrión vigilante,
un guardián apostado
en lo alto del árbol,
platicando,
acerca de mundos alados
y aventuras aéreas.
Me decía
que estaría allí cada día
para contar sus historias.
Yo sólo escuchaba.
Exponía melodías
que se oían en toda la casa
y ufano cantaba.
Se vestía
de traje plumoso ajustado
y miraba apurado
hacia todo rincón de mi patio.
Tal vez buscaba respuestas.
Yo estuve quieto y atento
para no alterar su tocata,
sinfonía siríngea,
poesía de alto sonido,
discurso melódico
que abrumaba mi oído
y estremecía la tarde.

La magia de la Amistad

Al final de la senda
cuando el sudor y la piel
se fundían,
por la caminata
en el borde del bosque,
al atardecer.
A esa hora anhelada,
de descanso
entre aromas de hojas
y húmedo aire
entre rocas....
El sol acaricia
la montaña y se aleja
y el sonido del agua
en el río nos une
en cantos alegres
de amistad juvenil.
Ahora recuerdo
la férrea amistad
de aquel viaje de paz.
Amigo,
tu amistad tremenda,
humana, fuerte,
de transparencia
de música blanca
me recuerda buenos dias.
Amiga,
sonreías tanto
en el bosque sagrado,
en la montaña....
Ahora tu vida
se vuelca completa
en un ser hermoso
que crece y aprende.
Cuando los vi a los dos
en aquel templo de ramas
mi ser se alegró
pues vi sencillez
y profundidad.
Ahora los veo a los tres
y veo que toda la vida
se enlaza en sus manos,
y bailan los tres
y ríen felices....
se alegra mi ser otra vez.