Veo la vida en cada susurro,
en cada hoja que cae,
en cada murmullo de agua.
Toda la brisa que llega
frente a mi casa
en el hùmedo bosque
trae el mensaje secreto:
la vida se mueve y reposa,
crece y perece,
respira y decae.
Veo la vida en cada botón de una flor,
en cada taza de té,
en toda la extensa montaña
que miro en la tarde
cuando ya se han marchado las fuerzas
y sólo el suspiro acompaña
mi mirada y mi cuerpo cansado.
Veo la vida
y todos los días la escucho,
la miro, la siento.