Estuve escuchando.
Oí a la brisa del bosque
venir con la tarde.
Me cantaba canciones
mientras toda la tierra
dormitaba silente.
Escuché a los insectos
narrarme sus cuentos
a hurtadillas
entre la hierba.
Oí cada historia
descubierta a mi mente.
Volví conociendo algo más
de la vida creada.
Estuve escuchando
pues el privilegio
de ser un testigo
de la puesta de sol
y del amanecer
no tiene valor.
Respiré muy profundo otra vez...
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