Es tiempo de rosas
y de poemas,
tiempo de girasoles
y de libélulas.
Es hora de bellas palabras
y de miradas,
momento de acariciarte
con versos.
Leo tus cartas
mientras no estás
para tenerte a mi lado
y pienso en mi nombre
que tus labios hermosos
están pronunciando.
Viajo contigo en mi mochila
y con tus recuerdos
grabados a fuego
en mis pensamientos,
mientras se pasa la vida.
Recorro el camino
y abrazo tu cuerpo distante
creyendo con fuerza
que pronto tendré tu mirada
perdida en mis ojos.
Veo tu rostro
mientras no estás
y percibo sonrisas
de esas valiosas
que me regalas.
Oigo tu voz esparcida
como perfume en el aire,
como la música
de cada momento
en que te hube escuchado.
Pasan los días y ya no te olvido.
El mundo me habla
y yo no los escucho
porque mi mente y oídos
te pertenecen,
son sólo tuyos.
Ahora soy tuyo
ya sin barreras
y soy quien te cuida,
soy quien te espera.
Cuando sientas que el mundo se cae
y ya todas las fuerzas
te hayan dejado,
no temas ni dudes
yo estoy junto a ti
y
sostengo tu mano.
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