Déjame traerte perlas
de lindos colores
y de petálicos secretos.
Iré por ellos
no lejos de aquí,
más bien cerca de tu alma,
hasta donde alcance tu vista.
Reservaré para ti
un lugar sobre la hierba
y me sentaré a tu lado.
Leeré para ti
versos secretos,
perlas guardadas en mi corazón
para hacer que sonrías.
Dejaremos que el Sol
se aleje lentamente
detrás de los árboles
y sólo nos cubra el aroma
húmedo del atardecer.
Observaré tus labios
y escucharé tus historias
mientras creo en lo que dices.
Esta tarde será
momento de flores,
espacio de versos,
lugar de secretos
y sueño de perlas
para ver que en tus ojos
la alegría se quede otra vez.
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