Las hojas,
medallas
ahora doradas,
caen livianas
se desprenden
de su origen enhiesto,
de sus ramas.
Arbol desnudo
sin sus ropas verdosas,
sin su forma;
¿tienes frío?
ya no cantas
cuando el viento te toca.
El agua te escurre
en los días de otoño.
Ahora duermes
señor de la luz,
no hay insectos curiosos
en tus ramas,
no hay colores.
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